Plan de trading y psicología
PLAN DE TRADING Y PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA DEL TRADING
En el trading no nos alcanza con ser buenos. Hay que ser mucho mejor que la media, porque los spreads de los brókers hacen que debamos comenzar con un pequeño hándicap antes de ponernos a operar.
Uno de los principales cimientos en el trading, si no el más, como ya comentamos en artículos anteriores es la mentalidad del trader: la auténtica clave para ganar en el mundo bursátil es la fortaleza psicológica.
Logramos ser un trader que técnicamente sea un crack, buen analista de indicadores y puntos pivotes, pero a la hora del día a día y el enfrentamiento a los eventos económicos, sea un desastre, ya que este factor influye cada uno de los segundos que uno está en el mercado. La mente fría supera a la sangre caliente, y ella nos lleva a la constancia.
Seguros estamos de que todos habéis visto deportistas talentosos pero irregulares, quienes finalmente se quedan en el camino. Jugadores prometedores, que han destacado esporádicamente, pero esa falta de regularidad no les permite dar “el gran salto”. Es ese tipo de perfil de deportista el mismo que podemos extrapolar al mundo del trading.
¿Cuáles creéis que han sido los motivos por los que este tipo de trader no ha podido ser constante en el tiempo?
¿Capacidad la hora de abrir o cerrar una operación?
¿Estrategias que no han dado frutos? No. La respuesta es: el control emocional. Nosotros, en nuestra carrera como traders, debemos elegir qué tipo de trader vamos a ser.
Sabemos elegir por ser un trader que ejecuta sistemas, que analiza estrategias, establece sus stops y takes y opera. Es lo que, comúnmente, se conoce como trader de sistemas mecanizados. Podemos optar, también, por ser un trader que escoge sus propias operaciones y decide cuándo entrar y salir de ellas. Estaríamos hablando, delineando otro paralelismo con el trading bursátil, del trader discrecional.
Creemos que, en general, cuando comenzamos, todos queremos ser ese trader que sabe cuándo entrar y cuándo salir sin basarse en ninguna estrategia específica, pero con el paso del tiempo y la experiencia, la propia dificultad de
Obtener ganancias en el mercado, nos va aproximando más a la posibilidad de seguir un sistema y dejar de tomar nuestras propias decisiones, con el agregado de que una persona no puede estar las veinticuatro horas del día frente al ordenador operando, ya que necesita tener “una vida”.
Si aún con el cambio no obtenemos rentabilidad, está claro qué es lo que falla. Es cierto que el trading sistemático nunca va a ser tan preciso como el trading discrecional, pero a cambio, tenemos un menor error humano en las ejecuciones. ¿Por qué aun teniendo un sistema seguimos sin ser ganadores? Volvemos a lo mismo, el factor psicológico nos juega en contra.
No podemos escapar a nuestras propias emociones. Nos siguen al operar y tendremos que lidiar con ellas para convertirnos en ganadores.
¿A qué nos referimos con esto?
En que si un sistema dice que entremos a tal precio y salgamos a tal otro, nuestra mente nos dice que alarguemos la operación o en todo caso cerrarla antes cuando ya vemos el color verde. A que, si nos salta un stop lost, nuestra mente dice que volvamos a entrar desde un mejor precio, ya que este está muy alto o viceversa.
Cada persona reacciona de manera diferente ante los reveses.
Habrá traders que, si unas operaciones van bien, pero empiezan a darse la vuelta en nuestra contra, enseguida cerrarán sus posiciones sin tener la paciencia necesaria para aguantar la posición. Otros renovarán con una operación paralela, retando al mercado. En su propia personalidad, en sus propias emociones, está la esencia de su estrategia trading, y cada uno debe encontrar la suya propia.
Los conocimientos con los que llegamos al mundo bursátil no sirven de nada en el mercado. Debemos reeducar nuestra conciencia para adaptarla al nuevo panorama al que la exponemos. Toda nuestra experiencia en el día a día, a continuación, lo trasladamos al mercado, y nuestras emociones cotidianas dominan nuestras operaciones.
A veces, pretendemos descargar sobre el mercado toda la tensión amontonada a lo largo de la jornada laboral. Hacemos todo por vencerle, buscando vigorizar nuestra autoestima y debemos aprender que el mercado nunca pierde. Por lo general nuestro orgullo puede más y la idea de retirarnos como perdedores prevalece.
El mercado nos devuelve nuestra agresión en forma de pérdidas (varias veces mucho más fuerte que mil puñetazos). De igual manera ocurre con el que opera por necesidad. Estas situaciones influyen y hacen que alteremos nuestro trading, y a su vez, nos alejan del desempeño óptimo en la ejecución de sistemas mencionados al comienzo del artículo.
Es muy complicado luchar contra un enemigo que está en nuestra propia mente, pero la clave no es pelear con él, sino entenderlo e ir de su mano, ser su amigo y no alimentar esos apetitos que, de antemano, sabemos que son contraproducentes.